|Por Ana Loredo|
Mi rebeldía comenzó el día que,
Frente al papel en blanco,
Me atreví a querer ser poeta
.
Cuando leyendo a Bukowski y a Neruda me rehusé
A ser algún día
Aquella diosa humana idolatrada
Por la sangre que abultaba la entrepierna del poeta
Ese que necesita inspiración nueva en una cama nueva
Y que cada quince días baja a su diosa del altar
Para colocar una nueva
.
Cuando descubrí que la mujer misteriosa,
Que tanto fascina a los hombres en sus escritos,
No era más que una mujer normal
Oculta detrás del velo del silencio y la belleza
Me bajé tambaleante
Del pedestal donde nos han colocado
Para tomar la pluma y vaciar
Sobre servilletas, hojas sueltas y cuadernos
Mis palabras
.
Te explico mamá que yo no quiero ser
La esposa, la novia ni la amante
Del escritor ni del poeta…
¡Yo quiero ser compañera!
.
Mi rebeldía comenzó el día
Que renuncié a ser musa para convertirme en poeta